Calendario de la Asociación

El "Casino" de Navahermosa (por Lola Díaz)

    En 1989, en la calle Rosario de esta nuestra aldea de Navahermosa, el vecino de la misma, Luis Sánchez, comenzó a compartir una sala de una de sus viviendas como punto de encuentro y tertulia. Me gustaría hablar de este lugar como algunos lo nombraban: "El Casino".

    En torno a una mesa de camilla, en invierno con su copa de cisco, se sentaban personas con unos conocimientos que ya muchas enciclopedias de la época quisieran. Por nombrar algunos: Agustín, Laureano, Manolo, Eugenio, Pepe, Kico Mateo, Rufino, Alfredo, y otros. En época de siembra se hablaba de plantones, de tomateras, pimenteras y un sinfín de temas relacionados con el terreno. A mí al principio me sonaba todo a chino; con el tiempo y tras muchas preguntas y poner atención me di cuenta de cuánto saber escondían. No sólo del terreno se hablaba, también de guarros, cabras, burros, etc. Esas cuatro paredes entre copas, altramuces, avellanas y conversaciones era un sitio mágico.

    En ocasiones venían personas de nuestro vecino pueblo de Valdelarco: Manolín, "el babucha", Soto, y algunos más, con sus chorizos, quesos y, en ocasiones, paletillas. Eso era un intercambio de saberes y experiencias en la que te podías llevar horas y horas, todo ello con la paciencia de Luis que nunca nos echaba. Igualmente se acercaban vecinos de Galaroza; uno de ellos, gran amante de la aldea, conocido por "el lobo".

    En el "Casino", los que hemos tenido la suerte de conocerlo, hemos pasado momentos inolvidables. Había días que nos juntábamos desde niños hasta personas de una edad, todos al unísono y pasando un muy buen rato. Cada uno llevaba algo para picar: que si tortilla, costillas, migas, chacinas, e incluso dulces para el café, que normalmente era preparado por Josefa, mujer de Luis.

    Cuando llegaba el verano se sacaban mesas a la puerta, que teníamos que calzar con ladrillos para salvar la cuesta, y nos sentábamos de tertulia al fresco; y cuando las huertas daban sus frutos, uno venía con tomates rosas, otro con pepinos dulces, ..., se picaban, un poquito de sal y orégano, y, créanme, esos sabores y olores de esas hortalizas eran únicos. En esta época se animaba más por haber veraneantes pasando las vacaciones; era una inyección de vida el fresco de la noche y rodeada de gente encantadora. Tras los días calurosos de verano eso te daba vida.

    En 2020, y por el grato motivo de la jubilación de Luis, se cerró, quedando impregnado dentro de esas cuatro paredes todo lo sucedido en treinta años.

    Este es mi recuerdo para "El Casino", del cual guardo gratos recuerdos, pero sobre todo quiero incidir en el conocimiento que se intercambiaba y lo feliz que nos hizo a tanta gente.


LOLA DÍAZ




Comentarios

  1. Muy bonito Lola. Era un sitio de amigos, para amigos y todo el mundo era bien recibido. Un sitio muy especial. Lo hemos disfrutado mucho

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  2. Un entrañable artículo- homenaje.
    Enhorabuena, Lola!

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  3. Gracias por compartir vivencias que nos hacen darnos cuenta que la riqueza es lo que tenemos más cerca

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  4. Muy bonito Lola, buen sitio y buena gente seguiremos con las tradiciones para que no se pierdan esos conocimientos.

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  5. El bar de Luis, al que su dueño, con su actitud de amigo de todos y enemigo de nadie, convirtió en punto de encuentro para todos. Siempre echaremos de menos el bar porque era el bar de Luis

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  6. Un lugar donde nos reuniamos y comiamos en familia disfrutábamos de la vida y haciamos grandes amigos .
    La arta de pastelitos que nos dabamos no era normal jajajaja.

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