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ARTE HEREDADO

IGLESIA PARROQUIAL DE NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO DE NAVAHERMOSA (I)

    En Navahermosa somos conscientes del rico patrimonio que nos rodea, tanto el natural como el construido por la mano del hombre. Centrándonos en el segundo, y por su magnificencia, dirigimos nuestra mirada hacia la iglesia parroquial de Nuestra Señora del Rosario que es, sin duda, su inmueble más importante.


    Se trata de un edificio cuya construcción se inicia a mediados del siglo XVI, siguiendo los modelos arquitectónicos del que fue nombrado en 1562 como maestro mayor del arzobispado de Sevilla, Hernán Ruiz II (nacido en 1514 en Córdoba).

    Sin embargo, la historia de este templo se origina mucho antes ya que, según la tradición oral, existió un pequeño archivo histórico con documentos en los que se podían leer partidas de bautismo del siglo XV, lo que nos indica que tuvo que existir un templo, quizás de menor envergadura, donde se bautizaran a los nacidos en aquel siglo.

    El actual es un templo de nave única dividida en tres tramos por grandes arcos de medio punto transversales y presbiterio abovedado con bóveda vaída de nervios radiales.

    En cuanto a su advocación, lo más curioso no es que esté dedicada a la Santísima Virgen del Rosario, sino que esta advocación cambió en el siglo XVIII sin saber exactamente cuándo ni por qué, pero lo cierto es que en ese siglo los visitadores hablaban de la iglesia refiriéndose a la de la Encarnación.

    En este sentido, siendo por aquel entonces patrona de Navahermosa la Virgen de la Encarnación, podría ser este el origen del gentilicio de los oriundos de Navahermosa, los cucos, ya que el día de su patrona sería el 28 de marzo, cuando empezaba a escucharse cantar el Cuco por sus hermosos valles.

    Volviendo al tema que nos ocupa, la construcción del edificio protagonista de esta reseña, no se concluye hasta pasados varios siglos, añadiéndose en el XVIII el habitáculo concebido como sacristía, su original portada de ladrillos rojos modelados y su preciosa espadaña, también de ladrillos rojos.

    Inserta en su arquitectura, pero en su mayoría oculta a nuestros ojos, se encuentran interesantes pinturas murales repartidas por gran parte de sus muros. Podríamos destacar de estas pinturas, la visible representación del Bautismo de Cristo (junto a la pila bautismal), la decoración de los altares de San José y de la Virgen de la Encarnación (anteriormente de Las Ánimas) y las que aparecen tanto en la bóveda del presbiterio (con el motivo de IESUS HOMINUM SALVATOR) y las del techo de la sacristía (con motivos geométricos)

     (...)

 

Fuentes consultadas:

- MORALES, Alfredo J.: Hernán Ruiz el Joven y la torre de S. María de la Mota de Marchena. 1995

- OLIVER, Alberto, PLEGUEZUELO, Alfonso y SÁNCHEZ, José María: Guía histórico-artística de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche. Iniciativas Leader Sierra de Aracena y Picos de Aroche. Aracena. 2004

 

TEXTO Y FOTOGRAFÍAS: JESÚS SÁNCHEZ GARCÍA

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