ARTE HEREDADO

 LAS LLAVES CUSTODIADAS POR NAVAHERMOSA

    La invención de la cerradura ha sido ubicada por los investigadores en China hace más de 4000 años, empleándose poco después en Egipto y Mesopotamia.

    Las primeras cerraduras y llaves eran de madera y se atribuye a los romanos la creación de la cerradura y la llave metálica, además de la "vuelta de llave" como sistema de seguridad. Las llamadas cerraduras romanas funcionaban por deslizamiento de la llave.

    

    Durante la Baja Edad Media y el Renacimiento los herreros italianos se especializan en la fabricación de llaves y cerraduras.

    Desde finales del siglo XVIII y hasta mediados del XIX adquiere protagonismo el hierro fundido, hasta que a finales de este siglo y principios del XX se vuelve a poner de moda el hierro forjado.

    En Navahermosa se conservan numerosas llaves de forja pero es la llave de la iglesia la que asombra a toda persona que la contempla. Se trata de una llave de gran envergadura, aproximadamente 21,5 cm. de longitud y 800 gr. de peso.

    Estas llaves de forja son muy apreciadas por las vecinas y vecinos de nuestra querida aldea de Navahermosa y son estas personas las que las custodian durante todos los días del año. Son los propios vecinos y vecinas los que se encargan de abrir y cerrar la iglesia cada vez que hay alguna celebración religiosa o cuando los turistas y visitantes se interesan por conocer el interior del templo.

    Se trata pues de una auténtica joya, junto con la puerta de entrada de la iglesia formada por grandes tablones y esqueleto de madera, que fácilmente puede tener siglos de historia y que ha sido acariciada por las manos de vecinas y vecinos que hoy ya no se encuentran entre nosotros. Es por ello que debemos conservarlas y admirarlas, son parte de nuestra historia, de nuestro pasado y de nuestros antepasados.

TEXTO Y FOTOGRAFÍA: JESÚS SÁNCHEZ