VENTANA AL INFINITO
Cuando la grácil lluvia de septiembre
refresca las montañas de mi pueblo
su salvaje fauna se remueve
empujada por la fuerza de su celo;
es entonces cuando se oyen, imponentes,
los ásperos bramidos de los ciervos.
(...)
(...)
De repente la sierra se enmudece
y se escucha el ruido sordo, seco,
que producen los dos machos valientes
con el chocar violento de sus cuernos.
(...)
(...)
¡Qué lujo es observar a los que vencen
consumar con la cierva el apareo!,
y qué triste saber que algunas veces
en el duro y poderoso forcejeo
los cérvidos terminan por caerse
con sus astas enredadas en el suelo
a la espera de una amarga y lenta muerte.
(Guillermo Gutiérrez)
FOTOGRAFRÍAS: ÁNGEL SÁNCHEZ
Te felicito porque te lo mereces. Eres un encanto
ResponderEliminar.