Sereno otoño sin invierno ventoso (por Esther Segura)
Avanza noviembre cálido con el termómetro hacia arriba, todos los precios al alza, costes por las nubes (que, además, pasan sin soltar gota); sólo se mantiene una tendencia a la baja y es en la cosecha de castañas. Regulín, regular, bastante mal, sobre todo "pá apañá".
Modos nuevos en estos tiempos que se cuecen en ollas a presión rápidas. Así, en medio de este caliente otoño, se ha aprobado el proyecto de ley de institucionalización de la evaluación de políticas públicas en la Administración. Ley de largo nombre que, con sus treinta y dos artículos, cuatro Títulos y nueve Disposiciones pretende "la mejora del servicio público, rendición de cuentas y transparencia". Oportunos, y por esperados largamente, bien hallados objetivos.
"Entre los objetivos generales se incluyen: optimizar el proceso de toma de decisiones públicas, impulsar la innovación en la actualización del sector público, colaborar para que el sector público estatal sea eficaz en la asignación y utilización de los recursos públicos y, por último, permitir el control de responsabilidades y la rendición de cuentas a la sociedad".
En este proyecto de ley se incluye una ponencia que añade la prevención de la despoblación como un nuevo apartado en "los criterios de valor público" para evaluar las políticas públicas y se crea el Mecanismo Rural de Garantía que obligará a la administración a evaluar los efectos sobre el medio y la sociedad rural de las políticas públicas y que "tenga en cuenta los principios, recomendaciones y herramientas propuestas por la Unión Europea en este ámbito".
ESTHER SEGURA
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