Identidad (por Lola Díaz)

    No he nacido en Navahermosa, ni siquiera tengo familia oriunda de aquí. Tampoco he sido nunca serrana; era más de mar, de sal y arena.

    Las personas somos de donde nos identificamos, somos de donde hacemos amigos, de donde amamos, de donde somos felices. Somos de donde, incluso, sufrimos, de donde nos sentimos queridos y de donde queremos a otros. En definitiva, todos somos hijos de la vida. Todo está conectado, todo sucede por algo.

    Aquí, en esta aldea que tanto nos ha dado, hemos encontrado muchos y muchas que, como yo, no somos de aquí, una identidad añadida. Hemos conocido personas que nos han aportado tanto, ..., hemos visto bautizos, bodas, comuniones; nos hemos despedido de tantos a los que hemos querido y añoramos.

    Hemos visto crecer a “zagales”, que ya son hombres y mujeres, incluso los hemos visto ser padres sintiéndolo como parte de nuestra familia; hemos sufrido con vecinos de aquí, algunos sufrimientos desgarradores; hemos reído y disfrutado de tantos y tantos momentos; pero, sobre todo, hemos respetado y hasta colaborado en la medida de lo posible.

    Hemos traído a nuestra familia, padres, hermanos, sobrinos, etc. También hemos compartido este sitio con nuestros amigos y allegados. Este tesoro que nos ha tocado y siempre bajo el respeto que se merece y, en mi caso, a todos los que les he mostrado la aldea y su entorno, se coincide en una frase: "¡qué bonito es esto, y qué suerte tienes!"; y yo henchida y agradecida contesto que lo sé, y por esto y otras cosas, mi mantra diario es que agradezco mi suerte y que cuán afortunada soy.

    Nos hemos refugiado en este lugar en los malos momentos -y algunos hemos pasado muchos malos momentos-, y hemos recurrido a la aldea como un hijo recurre a una madre para que le reconforte. Nos hemos implicado en fiestas, tradiciones y en todo lo que dentro de nuestra medida y capacidad hemos podido.

    He conocido gente de fuera de la aldea maravillosa, dedicada, cariñosa. ¡Cuán bien se porta la vida cuando te pone por delante estas bondades!.

    Así que sí, no soy de aquí, soy hija de la vida, y la vida por accidente del destino, afortunado accidente en este caso, me ha traído aquí. Siento un enorme cariño y respeto por todo lo relacionado con la aldea, por sus gentes, por los que siguen aquí, por los que nos dejaron y por los que vendrán. Que me siento de aquí igual que si mis orígenes vinieran de NAVAHERMOSA. He hecho amigos de aquí, de allí y de cualquier parte, ¡qué más da!, y me permito la osadía de decir que mi sentir es compartido por tantos que no somos de aquí, pero que la vida nos ha llevado a encontrarnos en este maravilloso lugar del mundo.

    Es un honor formar parte de esta gran familia de Navahermosa, compuesta por personas de aquí y no de aquí. En la diversidad y el respeto está la riqueza. Hay que dar y recibir y creo que esta conjunción es la perfecta para una buena vida.

    Por tanto, sí puedo decir con todo esto, que soy de aquí. Somos todos de aquí, puesto que el nexo de unión existe. Que todos los de fuera y los de aquí nos sentimos implicados en un mismo objetivo, que el destino nos ha puesto en este punto del mapa por algo  y que el único objetivo es disfrutar de este regalo de la vida y respetar al máximo los valores que ya existian e intentar conservar para las siguientes generaciones estos valores y este entorno para que sientan lo que hoy sentimos nosotros.

   

    "No soy de aquí,  ni soy de allá. No tengo edad ni porvenir, y ser feliz es mi color de identidad" (Alberto Cortés)

 

    Dedicado a todos los de aquí ... y a todos los de fuera.

 

 

Lola Díaz