Juan Manuel, artesano del corcho
Hoy recordamos a nuestro vecino Juan Manuel. Nacido en Fuenteheridos en 1939, a los veinte años se casó con nuestra vecina Pepa Domínguez y, conseguida su plaza como Guardia Civil en el muelle de Cádiz, se fueron a vivir a esta ciudad donde tuvieron a sus dos hijos: Juan Manuel y José Antonio.
Juan Manuel fue un hombre sociable. Durante su estancia en Cádiz era muy conocido y todo el mundo se paraba a saludarlo por las calles.
Nos cuenta su hijo José Antonio que era un hombre muy aventurero, "soñaba con viajar al extranjero". Como anécdota, un día escuchó la conversación de alguien en su pueblo natal; esa persona iba a realizar un transporte a Asturias y precisaba de la ayuda de alguien para dejar la carga en el destino; Juan Manuel ni se lo pensó, se ofreció rápidamente a ser su ayudante con tal de hacer el viaje a Asturias.
En el año 1989 Juan Manuel se jubila y comienza a realizar sus primeros trabajos artesanales. En un primer momento empieza a hacer cestas de alambre reciclado que recogía en el muelle de Cádiz.
Es por esos años cuando comienza a venir con más asiduidad a la aldea de Navahermosa, a casa de su suegro, Pepe "el pesqui", hasta que en el año 1999, cuando fue operado de corazón, terminaron la reforma de una casa que había comprado con su mujer en Navahermosa.
En esta pequeña aldea se adaptó perfectamente y entabló buenas amistades. Se sentía muy a gusto.
Con los años compraron la cochera de Andrea e Isabel donde le encantaba pasar las tardes. En ella instalaron una pequeña sala de estar y él preparó su taller donde se entretenía, y nos entretenía, con sus silbidos y cánticos de coplillas, elaborando preciosos pusaeros de corcho y otras maravillas que hacía con este material, madera o cepas de plantas silvestres. Este interés por la artesanía le venía desde pequeño ya que había visto a su padre, "el quinto Pérez", un hombre de campo al que en sus ratos libres le gustaba realizar artículos de madera.
En un principio, Juan Manuel compraba el corcho en Higuera de la Sierra pero después conoció a Rafael, de Puerto Moral, al que comenzó a adquirir la materia prima (el corcho). Allí le vendían las planchas de corcho cocidas y rectas.
Seguidamente, él cortaba las planchas en láminas gruesas y listones que, como un juego de jenga, iba ensamblándolos con clavos hechos con varetas de jara (cistus ladanifer). Esta torre la remataba con una plancha cuadrada que hacía de asiento. El pusaero quedaba terminado una vez lo marcaba con su inicial quemada sobre el corcho.
Entre otros artículos elaborados con mimo estaban relojes, azucareros, cucharas, ..., muchos de los cuales los regalaba entre sus vecinos y vecinas.
Su meticuloso trabajo fue reconocido por otras personas externas a Navahermosa. Rafael, de Aracena, le compraba sus artículos para ponerlos a la venta en su ferretería.
En otra ocasión (fue la mayor venta que tuvo Juan Manuel), un señor de Sevilla que iba a abrir un bar le compró más de 80 pusaeros.
Con este humilde homenaje a nuestro vecino queremos recordarle, honrar su memoria y difundir su legado.
D.E.P.
Juan Manuel Durán
1939 - 2018
Un hombre bueno, respetuoso, cariñoso y sin dobleces. Se le sigue echando de menos en la plaza y, subiendo y bajando por la carretera, a la aldea, desde su " laera".
ResponderEliminarMaría José Liñán
Entrañable Juan Manuel, con su carrillo de manos siempre del huerto a su casa
ResponderEliminarEntrañable Juan Manuel, siempre sentado en su taller haciendo cosas tan bonitas de corcho, y sobre todo desinteresado, por q lo q te gustaba te lo regalaba
ResponderEliminarUna persona estupenda, se le añora mucho
Qué bonito homenaje. Abuelo, cómo se te echa de menos por aquí, a ti que te encantaba contar historias te habría gustado mucho escribir la tuya.
ResponderEliminarBonito artículo Jesus y muy merecido a las buenas personas hay q recordarlas, y Juan Manuel era una muy buena persona, se le echa mucho d menos.
ResponderEliminarLola Diaz
me gusta mucho este recuerdo, homenaje. Que buenos años tambien, en los que yo vivi, con los aldeanos, que nunca olvidare y por supuesto a Juan M. tambien y su familia. Abrazos a todos
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